miércoles, 28 de marzo de 2012

Me estoy desvaneciendo poquito a poquito.

Mis ojos se van convirtiendo en dos gotitas de líquido salado. Es complicado, ¿sabes? Porque no tengo ni la menor idea de lo que está pasando aquí, no sé qué estoy sintiendo, no sé por qué me pierdo en todo esto... ahora noté que, necesito apagar la luz. Es complicado, ¿sabes? porque ni siquiera estoy seguro de querer salir de este lugar, de prender la luz, de secarme las lágrimas. Supongo que tengo miedo, porque de todas formas siempre es el miedo lo que me frena. Tengo miedo porque no sé qué me está esperando allí, afuera. Tengo miedo, de que no me guste lo que me está esperando afuera, pero supongo que yo no soy mucho como para cambiar lo que hay allí. Tengo miedo, de verdad tengo miedo. Me siento como un niño pequeño que se esconde en sus sábanas porque no sabe que hay dentro del armario o bajo la cama... Quiero salir corriendo a un lugar en que nadie me pueda encontrar, un lugar en que no pueda recibir noticias de ningún tipo, un sitio, en el que, pase lo que pase, yo no me entere. Allí quiero estar, con mi música, con mis libretas, con mis lápices y mis cuadernos. Allí quiero estar, lejos, escondido... Yo.. en realidad yo... no sé qué hacer. Ni qué pensar, ni qué esperar. Mi amiga me dice que tengo que confiar, que todas las cartas están a mi favor y que está más que claro lo que va a suceder... Pero yo, todavía tengo miedo. Creo que es por las cosas que tuve que pasar de pequeño, siempre me decían eso, que todo estaba claro, que lo que iba a suceder iba a ser favorable para mí, pero siempre era lo contrario, siempre salía perdiendo, terminaba solo, solo, todos me dejaban solo. Y ahora yo quiero estar solo, pero quiero estar solo para que los demás no tengan la oportunidad de dejarme.
Me arden los ojos, creo que es porque he llorado toda la mañana y la tarde. No me gusta estar así, con toda esta inseguridad, con toda esta pena, esta angustia, porque a mí también me gusta disfrutar de las cosas de la vida, pero siempre hay días en que las cosas parecen ir completamente mal, días en que a pesar de que en el cielo haya un sol inmenso, tú mueres de frío. Yo... yo sigo teniendo miedo. Mis latidos se aceleran, mis ojos se llenan de más lágrimas, me molesta, me hiere, me daña. No quiero estar así, pero no puedo evitarlo, no puedo... Estoy llorando como una niño pequeño, quéjándome de a poco y arrugando los ojos, apretándolos, tratando de que las lágrimas no se me escapen, pero no lo aguanto. Siento que me duele el alma, y no puedo hacer mucho para cambiar eso, anque sigo sin entender el por qué de sentirme tan desdichado. Se me apreta el pecho, me siento ahogado. Y probablemente eso debería estar pasándome ahora, debería estar ahogándome. ¿Puedo hacerlo? Sería algo realmente grato. No sé por qué me da por sufrir tanto, ahora sólo falta que él se apiade de ella y le pida volver, que se equivocó, que lo perdone... Y creo que eso es lo que más me aterra ahora, me duele, me daña completamente.
Siento que me desvanezco, cierro los ojos e intento abrirlos y me pesan los párpados, cada vez un poquito más. Siento esa cosa rara a la que todos le llaman angustia, pero no puedo definirla, no puedo describirla, por qué no estoy segura de qué es, ni cómo es precisamente... Y precisamente está pasando lo que temía que pasara; que a él le diera pena, que aaaaaaargh! es que simplemente no puedo seguir escribiendo, no puedo... lamento escribir poco, lamento no haberme expresado todo lo que quiero, pero estoy débil, y no puedo seguir escribiendo ahora...



No hay comentarios:

Publicar un comentario